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A mi ni me va, ni me viene, pero por comentar...

El tamaño sí que importa.

La batalla continúa. Todo empezó en un garaje, cuando el niño Gates, que seguro que no tenía amigos ni perro que le ladrara, asomó con el ahora archiconocido windows. Acabó monopolizando el sector informático y convirtiéndose en uno de los hombres más ricos del mundo, y por supuesto, también en uno de los más odiados. ¿Será envidia?

El caso es que ahora le están dando caña, porque hay parte del mundo que ha decidido que es mejor hacerle la competencia y arriesgarse a morir en el intento, que besar su culo de windows por los siglos de los siglos. La cosa no tiene que ser nada fácil, pero estoy seguro de que, aunque no lo quiera reconocer, tiene un bulto sospechoso justo a la altura del nudo de la corbata. La última faena que le han hecho, de la que yo tengo noticia (le habrán hecho muchas más, pero no me interesa su vida), está firmada por el señor Google, al que se le ha ocurrido regalar invitaciones para abrir una cuenta de correo electrónico con un giga de capacidad. Olé torero. El señor Gates va a ampliar la capacidad de su correo electrónico, pero ya le han dejado con el culo al aire.

Nosotros, por nuestra parte, somos más majos que las pesetas, por eso vamos a ponernos de parte del señor Google por esta vez, por aquello de defender al más pequeño. Cuando consigamos controlar la oleada de comentarios a nuestros artículos (esperamos realmente esa oleada) elegiremos unos pocos, los más interesantes, y les regalaremos, así, por su cara bonita, una invitación para abrir una de esas cuentas de Google con un giga de capacidad. Así que ya estáis tardando, que no todos los días regalan algo por tan poco trabajo.

Ahí queda eso.

El gato.

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